domingo, 11 de octubre de 2009

Basura, Cohetes y Especificaciones de Diseño

Vamos hoy con otra infernalidad. Esta es de un círculo menor: el primero o el segundo. Aprovechando el plan E,- o como dice mi hija mayor, el plañí,- el ayuntamiento de mi pueblo ha instalado un sistema de basuras soterrado. El objetivo de este tipo de sistemas es evitar la acumulación de basura en superficie alrededor de los cubos y eliminar la suciedad asociada en aceras y calles. La idea es buena, aunque como tantas otras supone la existencia de una operación continua en el sistema. No hay casi nada en nuestra sociedad que prevea que un día puede haber problemas de continuidad en el servicio o en el suministro. Por decirlo de alguna manera, no estamos preparados para un apocalípsis, pero dejaremos esto para otro comentario. Recién instalado el sistema bajé a tirar mi basura y me encuentro con varias sopresas. La basura orgánica se arroja al soterramiento de forma muy cómoda. Se deposita en un receptáculo y moviendo una palanca la bolsa cae al depósito. Una maravilla. Pero para la basura inorgánica, es decir, para los envases (color amarillo) me encuentro con el mismo agujero de treinta centímetros que tenían los contenedores rodantes. Salvo curiosas excepciones, la inmensa mayoría de los contenedores para basura de envases tienen las tapas bloqueadas y con un corte circular de treinta centímetros de diámetro. El diseño varía a lo largo de la geografía nacional. En algunas regiones, el diseño es más completo porque el agujero en cuestión tiene incluso una tapa. En algunos ayuntamientos el contenedor es similar a los de los envases de vidrio con una goma cuya utilidad aparente es mantener cerrado el interior del contenedor. He hecho un experimento del tipo de los que hay en la sección taller y laboratorio del Investigación y Ciencia. Una bolsa de treinta litros de capacidad llena de residuos sólidos tiene un diámetro medio de 41,4 cm. a juzgar por las veinte bolsas que he medido en las últimas semanas. Mi cubo de basura es tan sólo un poco especial, porque es un cubo doble. La cubeta de residuos orgánicos es más pequeña que la de envases. Pero utilizo bolsas de treinta litros en los dos casos. Son éstas las que se venden en el Mercadona y otros supermercados para la basura de hogar. Es decir, no acumulo más basura de lo normal. Para hacer pasar una bolsa de basura de envases de tamaño medio por el agujero medio de los contenedores correspondientes hay que empujar la bolsa. Por lo general, con las manos desnudas. Y en esa bolsa, además de los cartones de leche están las tapas de las latas de atún. Empujar esa bolsa sin estár vacunado contra el mal del tétanos es lo mismo que practicar sexo en el interraíl sin preservativo: un riesgo para la salud. Tal vez deberíamos sugerir que se colocaran carteles en los contenedores: "Tirar la basura sin guantes de malla perjudica seriamente la salud". ¿Cuál es la razón para cerrar a cal y canto un contenedor de basura de envases? ¿Es un complot de los fabricantes de tiritas? La razón es que en la basura de envases hay metal. Un metal más o menos limpio, ya que está separado del resto de la basura orgánica. Los primeros contenedores de basura de envases fueron objeto del pillaje de este preciado material, que ahora se presentaba mucho más limpio y accesible que cuando se depositaba en la basura orgánica. Y acababan con las bolsas rotas y parte de su contenido esparcido por los alrededores. El agujero está diseñado a própósito con menor tamaño del que tiene una bolsa de basura normal para que también sea difícil el camino inverso: extraer la bolsa. Como todo el mundo sabe es más fácil empujar que tirar. Hay razones parecidas que aplican a los contenedores de papel y de vidrio. Es decir, hay una lógica "social" para bloquear las tapas de los contenedores y dificultar el acceso a su interior. Como en tantos otros aspectos de nuestra sociedad, para evitar las molestias causadas por unos pocos hay que fastidiar a muchos. Pero... ¿es realmente necesario? La solución más sencilla que cumple con las especificaciones es disponer la ventana para introducir la basura de forma vertical, con una trampilla similar a la de un buzón de correos. Este tipo de apertura dificulta el acceso al interior del contenedor. Pero si se diseña un contenedor así, el contenedor para basura orgánica debería ser muy parecido. El problema es que ambos tipos de basura se recogen de forma simultánea o alternada por camiones que están equipados con mecanismos idénticos. Hacerlo de otra forma no sería eficiente. Cuando se inició la recogida selectiva, hace quince años, los camiones ya estaban equipados con sistemas mecánicos de recogida de contenedores que facilitaban la labor del basurero. Se pasó de los cubos de recauchutado negro que volaban por encima de las cabezas de los operarios a los contenedores de plástico. Al incorporar la recogida selectiva, el diseño más eficiente en coste fue manener el contenedor para envases lo más parecido posible al contenedor ya existente. Y al descubrirse el problema del vandalismo de los contenedores de envases, la solución más eficiente en costes fue bloquear la tapa y hacer un recorte de treinta centímetros. Hace ya quince años de esto. La solución provisional se ha quedado como definitiva. No sé si es que no nos quejamos lo suficiente a nuestros ayuntamientos o es que el español medio lo aguanta todo. Pocos meses después de la catástrofe del Arianne 5 tuve ocasión de hablar con un ingeniero francés que trabajaba en Ariannespace. Además de comentar lo del fallo de software y de que se lo tenían bien merecido por no haber apostado por un avión estratosférico hablamos de otras curiosidades. Una de ellas era muy llamativa: El Arianne 3 y las versiones anteriores tenían un sistema de cableado estructural muy complejo. Para resolver un problema de espacio, se incorporó un tubo externo al cohete que interconectaba por el exterior del cuerpo del cohete la última fase con la primera. En el Arianne 4 los avances en comunicaciones habían eliminado una buena parte de los cables y se pudo enrutar todo por el interior del cohete... Pero el tubo de interconexión se mantuvo en las especificaciones: vacío. Con el sistema de basura soterrada y el sistema de palanca, es casi imposible que alguien pueda acceder al preciado metal. Pero quien ha diseñado las bocas se ha quedado con las especificaciones originales del contenedor amarillo, especificaciones que mantienen las molestias para los usuarios, aunque el problema haya dejado de existir. ¿Es o no es el infierno?

1 comentario:

  1. Enhorabuena, has descubierto una chapuza!!! Yo estaba pensando en abrir una sección titulado algo así como "La obra absurda de la semana" (rebajes de acera para cruzar a otra acera donde solo hay un muro, cambiar estatuas de sitio, ...)

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